Religión
Inca
Era uno de los fundamentos principales de la Cultura Ina, era un
instrumento importante para la dominación de las culturas sometidas y para el
mantenimiento del orden establecido.
El centro del universo religioso Inca era el
Coricancha; el templo del Sol, en el Cuzco, se caracterizó por lo siguiente:
Es politeísta, adoraron a varios dioses.
Es panteísta, también tenían como dioses a seres del mundo natural: ríos,
lagunas, lluvias, sol, etc.
Es heliatra, su concepción religiosa giraba alrededor de una creencia principal
representada por el Sol.
Es cíclica, es decir, cada cierto tiempo se produce un caos obligando a los
dioses a intervenir.
Creaciones por ordenación, es decir, el mundo no ha sido creado sino que ya
existía desde siempre.
Es mitológica, porque su sustento se realiza a través de mitos.
Es selectiva, porque cada dios de su religión tenía un culto determinado,
estableciéndose ritos propios y ceremonias en honor a la divinidad dentro de
cada nación.
Estaba ligado al trabajo, la religión Inca fue una manifestación de los hombres
del campo, de una sociedad de agricultores, permanentemente preocupados por la
producción agrícola. El Dios Sol, Inti,
fue desde los principios El Dios más reverenciado, a quien se ofrecía el mayor
número de tributos, mujeres y de sacrificios, que como ahora sabemos, iban a
parar a la casta de los sacerdotes y a la familia real. Incluso los emperadores
le rendían tributo tras conquistar nuevas tierras. En toda región conquistada
se levantaba algún altar en su nombre; frecuentemente la adoración a Inti (Dios
principal) y al Sepa-Inca (soberano, rey, emperador) eran confundidas.
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